Para definir nuestra asociación tuvimos en cuenta los siguientes aspectos definidos por la UICN en Directrices para la aplicación de las categorías de gestión de áreas protegidas[1]
Área Protegida
Un área protegida es: “Un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y gestionado, mediante medios legales u otros tipos de medios eficaces para conseguir la conservación a largo plazo de la naturaleza y de sus servicios ecosistémicos y sus valores culturales asociados”.
Categoría VI: Área protegida con uso sostenible de los recursos naturales
Las áreas protegidas de categoría VI conservan ecosistemas y hábitats, junto con los valores culturales y los sistemas tradicionales de gestión de recursos naturales asociados a ellos
Objetivo primario:
- Proteger los ecosistemas naturales y usar los recursos naturales de forma sostenible, cuando la conservación y el uso sostenible puedan beneficiarse mutuamente.
Otros objetivos:
- Promover el uso sostenible de los recursos naturales, considerando las dimensiones ecológica, económica y social.
- Promover beneficios sociales y económicos para las comunidades locales cuando sea relevante.
- Facilitar la seguridad intergeneracional de los medios de vida de las comunidades locales – garantizando así que dichos medios de vida son sostenibles.
- Integrar otros enfoques culturales, sistemas de creencias y visiones del mundo dentro de la gama de enfoques sociales y económicos de conservación de la naturaleza.
- Contribuir al desarrollo y/o mantenimiento de una relación más equilibrada entre los seres humanos y el resto de la naturaleza.
- Contribuir al desarrollo sostenible a nivel nacional, regional y local (en este último caso especialmente para las comunidades locales y/o pueblos indígenas que dependen de recursos naturales protegidos).
- Facilitar la investigación científica y el monitoreo ambiental, principalmente en relación con la conservación y el uso sostenible de los recursos naturales. Téngase en cuenta que esto no excluye necesariamente actividades de bajo nivel como la recolección de productos forestales no madereros.
- Colaborar en la obtención de beneficios para las personas, especialmente las comunidades locales, que viven dentro o en las proximidades del área protegida designada.
- Facilitar los usos recreativos y un turismo adecuado a pequeña escala.
Las áreas protegidas de categoría VI son singulares dentro del sistema de categorías de la UICN, ya que tienen el uso sostenible de los recursos naturales como medio para conseguir la conservación de la naturaleza, junto y en sinergia con otras acciones comunes a otras categorías como la protección.
Gobernanza
La definición de área protegida de la UICN deja claro que dichas áreas deben ser gestionadas para la conservación a perpetuidad y que éste es el principal criterio para distinguir si un área terrestre o acuática de propiedad privada concreta es un área protegida o no. Un propietario que gestione con fines de conservación pero que no establezca disposiciones respecto a la futura gestión de las mismas por supuesto que contribuye a la conservación pero no mediante un área protegida reconocida. Proporcionar esta seguridad a largo plazo es uno de los retos a los que se enfrentan las áreas protegidas privadas.
Las áreas protegidas privadas normalmente no se encuentran bajo la autoridad gubernamental directa. Existen diferentes tipos de entidades a cargo de áreas protegidas privadas, cada una con implicaciones específicas sobre la gestión:
-Personas físicas
– Empresas
– Cooperativas
– ONG (el área se encuentra bajo el control de una organización sin ánimo de lucro que tiene un objeto específico y que normalmente está controlada por un ejecutivo, un consejo y los socios). Este es el caso de Árbol de Piedra.
La UICN ha explorado una serie de amplios principios para la buena gobernanza de áreas protegidas, incluyendo:
- Legitimidad y voz – diálogo social y acuerdos colectivos sobre los objetivos y estrategias de gestión de áreas protegidas sobre la base de libertad de asociación y expresión sin discriminación en función de género, etnia, modos de vida, valores culturales u otras características;
- Subsidiariedad – atribuir autoridad de gestión y responsabilidad a las instituciones más cercanas a los recursos en concreto;
- Equidad – compartir equitativamente los costes y beneficios de establecer y administrar áreas protegidas y proporcionar un medio de juicio imparcial en caso de conflicto relacionado;
- No hacer daño – asegurar que los costes de establecer y gestionar áreas protegidas no creen o agraven la pobreza y la vulnerabilidad;
- Dirección – fomentar y mantener una visión a largo plazo inspiradora y consistente del área protegida y sus objetivos de conservación;
- Rendimiento – conservar eficazmente la biodiversidad a la vez que responder a las preocupaciones de los grupos de interés y realizar un uso inteligente de los recursos;
- Rendición de cuentas – tener claras líneas de responsabilidad y asegurar la información y comunicación adecuadas de todos los grupos implicados acerca del cumplimiento de sus responsabilidades;
- Transparencia – asegurar que toda la información relevante esté disponible para los grupos implicados;
- Derechos humanos – respetar los derechos humanos en el contexto de la gobernanza de las áreas protegidas, incluidos los derechos de las generaciones futuras.
Para leer el material completo
[1] Dudley, N. (Editor) (2008). Directrices para la aplicación de las categorías de gestión de áreas protegidas. Gland, Suiza: UICN. x + 96pp.